miércoles, mayo 22, 2013

Mediodía, medianoche


En la calle vi tu árbol, aquél que te dibujé.
El que me describiste porque te representaba
por ser un juego de luz y sombras:
un lado seco, otro vivo.
Una rama cargada de frutos musicales
y otra vacía y triste como el olvido
salpicada de lágrimas de sangre.

Cada trazo era una idea
también una gota de dolor
por todo aquello que soñaste y nunca concretaste
por todo aquello que deseé y nunca ocurrió;
un esbozo de tus fracasos, de tus máscaras
de mis dudas y mi desconfianza,
de tu paciencia y esperanza.
Regálame tu mediodía y
te entregaré mi medianoche...
Te sonreiré tristemente
mientras el día oscurece.

Quizá fue mi mayor logro:
bosquejé tus ideas, tus sueños, tus penas y tu vida, 
la rama seca de la desdicha y el lado puro de la creación.
En la calle vi tu árbol...
Aquél que a veces siento que soy yo.

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