lunes, julio 15, 2013

Sin Azúcar

Y es curioso que sólo hasta hace poco
necesitaba el dulzor de tus palabras
para subsistir en el insípido de mis largos días;
precisaba el sabor de tu presencia
deslizándose, derritiéndose lentamente
como caramelo sobre mi vida.

Y es curioso como hoy siento que ya no me endulzas
que un gesto, una sonrisa o una llamada
no son suficientes para mi paladar.
Lo que antes lograbas con una mirada
ahora ya no existe,
bajaste la intensidad del fuego
y -a conciencia o no-
lograste casi la llama apagar.

Si te importo tendrás que esmerarte:
sorpréndeme, conquístame, encántame,
¡abrázame mañana!
Pues quizá suceda que entre tus brazos
descubra nuevamente el azúcar de tu compañía
lo indispensable de tus ojos
y el perfecto aroma de tu cuello
donde mi cabeza se apoya tan armónicamente.
¡Abrázame, pero mañana!
porque hoy prefiero beberme un té amargo.

domingo, julio 07, 2013

El silencio me contó

El silencio no otorga
ni calla
sino que grita a la cara
todas las frases que evitaste.

Quédate el piano
con la melodía de los Beatles,
el paseo por el parque,
y los cuadros del Barrio Italia.

No necesitas devolver el llamado
ni decirme nada
pues el silencio me contó que estabas lejos
y yo he dado vuelta la página.


jueves, mayo 30, 2013

Insomnio

Me mata tu silencio
me atormenta inventarme motivos
y un millón de razones lógicas por las cuales es posible
que sigas sin decir nada.
Tiro del collar mientras tomo el teléfono
aprieto algunas cuentas
y exhalo todo el aire antes de cortar.
Mis dedos juegan sobre el teclado
como un tamborcito siniestro
marcando un ritmo desesperado
cargado de escalofríos y ansiedad.
Hago esfuerzos por depositar mis pensamientos
en ideas menos opacas
para no sentirme tan imbécil
tan enferma
sabiendo que desconozco
lo que me obliga a llevarme un cuadrado de bitter
dentro de la boca.

Probablemente sea la falta de sueño
las insuficientes horas de descanso
el eludir constantemente la almohada
conscientemente.

La cadencia suena sobre el teclado
y se vuelve un compás tosco que inventan mis uñas
golpeando el plástico, cerrando los puños
apretando mentalmente los párpados
y durmiendo de forma imaginaria.

Pero tu silencio me sigue desangrando
gota a gota, muy lentamente
ya casi no duele
pero las llagas me queman dentro.

miércoles, mayo 29, 2013

Capacitación: concepto

Te miro a dos metros
y sin sonrojarme te observo
nadie sabe nuestro secreto
y me sonrío internamente
pensando en las vueltas de la vida
mientras tomo nota simulando estar interesada.

Me miras a los ojos y te retribuyo el gesto
te hago un guiño con los labios
en el lenguaje que sólo ambos entendemos.
Y luego me das la espalda, te escucho lejos
y estás apenas a un metro.
Y tomo nota atenta
capacitación: concepto.

Termina el trabajo y me hace gracia
que inventes comentarios para acercarte
para acortar el trecho
y te pones nervioso
estamos a menos de un metro.
Me borraré 30 centímetros distancia
mientras tú intentas eliminar los 10 que restan
para robarme un beso.
Quizá si tú te atreves...
Quizá si yo me dejo...

Cristalino

Me daré la licencia de soñarte despierta
de mantener abiertos los ojos mientras te imagino
paseando bajo la nieve primaveral
buscando el sol esquivo con tu cara.

Perdóname si dejo
que tu imagen se enrede como una bobina en mis recuerdos,
disculpa si suspiro al revivir el abrazo en el parque
o si sonrío por nuestro almuerzo con tu merlot y mi coca zero.

Me dormiré creyendo que me extrañas
o que al menos me has dedicado un par de pensamientos,
fantaseando con tu iris de agua dulce
con la sonrisa que te regalaré cuando vuelva a verte
con el contacto de mi mejilla en tu cuello.
Enrollaré mis brazos sobre tus hombros
diciéndote mil cosas
o callándomelas todas
probablemente mejor guarde silencio
para poder oír
si existiera
algún tic tac en tu pecho.

Amplificaré tu suspiro
ese que no es tuyo
aquél que me invento,
lo pintaré tornasol
para usarlo como un noptic
y dormir
sabiendo que es mi aire el que se esfuma
porque el suspiro es mío.

domingo, mayo 26, 2013

Perder la cuenta

Me faltan dedos para contar los días,
los días que faltan para volver a verte.

Me corrijo: ¡quien sabe si tengo
la suerte de poder encontrarte!
Más bien guardo la secreta esperanza
de que si pisas esta ciudad
un travieso dedo del destino se apiade y me toque
haciéndome cruzar la misma calle que tú transitas.
Podría verte y decir que fue accidente,
también podría simular que he sido fuerte
sin dedicarte en mis minutos un solo momento.
Hasta me siento capaz de fingir que ninguna de estas noches
pensaba en ti o ansiaba tu regreso
que no soñaba con verte
que no ansiaba sonreírme
imaginando un café entre nosotros.
Mantendría la compostura
(o al menos lo intentaría)
ocultando cuánto anhelaba aquellas charlas
en que por breves instantes la conversación me regala un pretexto
para estirar mi mano y poder tocarte,
como si fuera una cosa vana,
un acto reflejo solo para enfatizar las palabras.

Pero la realidad es otra:
no estás y tus ojos cielo miran otras nubes,
lejos...
Y yo cuento los días
y rezo para que el tiempo pase de prisa
(y así perder la cuenta)
y sorprenderme al tropezar contigo.



miércoles, mayo 22, 2013

Mediodía, medianoche


En la calle vi tu árbol, aquél que te dibujé.
El que me describiste porque te representaba
por ser un juego de luz y sombras:
un lado seco, otro vivo.
Una rama cargada de frutos musicales
y otra vacía y triste como el olvido
salpicada de lágrimas de sangre.

Cada trazo era una idea
también una gota de dolor
por todo aquello que soñaste y nunca concretaste
por todo aquello que deseé y nunca ocurrió;
un esbozo de tus fracasos, de tus máscaras
de mis dudas y mi desconfianza,
de tu paciencia y esperanza.
Regálame tu mediodía y
te entregaré mi medianoche...
Te sonreiré tristemente
mientras el día oscurece.

Quizá fue mi mayor logro:
bosquejé tus ideas, tus sueños, tus penas y tu vida, 
la rama seca de la desdicha y el lado puro de la creación.
En la calle vi tu árbol...
Aquél que a veces siento que soy yo.