miércoles, mayo 21, 2008

Vete. Quédate.

No me sigas porque tus pasos se perderán en la arena del tiempo
y tus huellas serán borradas por el viento de los recuerdos.
No llames porque son más ruidosas las bocinas de la ciudad
y aunque quisiera no soy capaz de escuchar tu voz.

Sin embargo quédate. No sé por qué, pero te necesito.
Quizá como consuelo. Por evadir la soledad.
O para apartar los fantasmas que nublan mi alma.

Es mejor que me olvides y borres mis señas, que te alejes,
que cambies el rumbo y emprendas tu vida.
Sin embargo... ¿me perdonarás si te pido que no me dejes?
Si permaneces conmigo no te prometo nada,
pero si sé que te marchas arriesgaría mi mundo para impedirlo.
¿Quién podría ayudarme a saber lo que contigo me ata?
Por mi bien te quiero cerca. Por tu bien te deseo lejos.
Apostemos y veamos quién gana:
mi egoísmo o mi cariño.

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