martes, mayo 20, 2008

Llueve

No supe cómo evitarlo:
de pronto sobre mí cayó, como una sombra, la tristeza.
Quizá por las nubes, o por el color gris de este día.
O quién sabe si la culpable fue la lluvia...
Me parece tonto entablar esta lucha entre querer y negarme
entre lógica y sentimientos
entre llorar o aguantarme...

Y afuera las gotas mojan al que camina;
alegran a los enamorados que pasean,
logran inspirar al dormido poeta
y afligen al corazón que está roto.

Yo elijo cantar.
Cantar para no ver. Y leer para no pensar.
Caminar para no caer...
pues aún sin rodar lágrimas por mis mejillas
por dentro no cesa de llover.

1 comentarios:

Ana Ortiz dijo...

El canto atre las sonrisas y aleja la lluvia.