martes, septiembre 06, 2016

Fugaz

Inesperado.
Llegaste imprevisto como la lluvia en noviembre,
impregnando con tus besos un corazón marchito,
acomodando en un abrazo el esqueleto desajustado e inerte
y en un rocío de caricias diste luz a un espíritu dolido.

Preciso.
Llegaste en el momento adecuado, justo y perfecto
Después que se escondió el sol y antes del alba
Para mostrarme el contraste de las estrellas sobre el cielo negro
y enseñarme a esperar con ansias la luz de la mañana.

Fugaz.
Como un rayo de luna que se cuela entre las hojas que mueve el viento
Tal como la flor del baile que una noche abre sus pétalos por unos instantes
Diste calor a mi vida como una repentina llamarada, con tu cálido aliento.
Y agradezco al destino esta hermosa coincidencia aunque sé que no podrás quedarte.



Cementerio de Mariposas

Aquellas que día a día revoloteaban alegres
Que con la punta de sus alas acariciaban,
Jugando,
Las paredes del estómago.

Aquellas coloridas y brillantes
Capaces de cambiar el clima
Es inspirar una sonrisa
Aquellas que producían cosquillas...
Ésas yacen muertas.

Con las alas resecas, destrozadas y marchitas
Abandonadas a su suerte
Tapizan el suelo, inertes y fantasmales
Como testimonio de la vida que hubo ayer
Y de la dicha que hoy no está más.

El tiempo se encargará de pulverizar
Y eliminar los vestigios de los cadáveres.
Así el camposanto mañana desaparecerá
Y quizá, sólo quizá, un día brote la esperanza:
Germine una hoja, una rama, una flor
Y nuevamente una oruga traiga la ilusión
De un vientre poblado de residentes multicolor.


martes, abril 26, 2016

Soltar

Te libero.
De mis besos, mis caricias, de mis palabras y mis canciones.
De todas esos despertares en que tu cuerpo junto al mío jugaban a entrelazarse
mientra el sol trataba de colarse a través de la ventana.

No hay rencor, no hay dolor, no hay deudas pendientes.
Te quise y te entregué todo lo que tenía, allá tú si lo apreciaste
¡y quien sabe si realmente también tú me quisiste!
aunque ahora tampoco es relevante.

Te libero de tus promesas incumplidas y de tus sonrisas a medias,
de la obligación de llamarme y de la culpabilidad por no estar a mi altura.
De tanto pedirte todo me cansé de obtener poco más que nada,
gracias a eso aprendí a que puedo ser feliz aún sin ti.

Te libero y te perdono
y me perdono a mí misma por haberme conformado con tan poco.
Dolor? Quizá....
Quizá lo que duele es que poco a poco va dejando de doler.. lentamente.



(Gracias MP por la inspiración)