creer que por fin encontré lo que buscaba
que no debo mirar atrás
ni revolver las cenizas para encontrar una antigua llama.
Quisiera reír
y por fin parar de llorar
no sentir el corazón seco
latiendo sin ritmo por no poder amar.
Quisiera hacer tantas cosas
(y ser otras muchas)
y sólo siento que no sé dónde me llevan mis pasos,
que lucho a ciegas una batalla sin gloria
con un triunfo absurdo, vano;
que caigo otra vez de rodillas, sin fuerza
y aunque levante la vista el cielo insiste
en esconder tras las nubes
un sol que al parecer no existe.