Perdóname, otra vez fui cobarde.
Mis fuerzas se esfumaron,
las ganas permanecieron,
las piernas me temblaron
y las palabras se me ahogaron
como si estuvieran atadas a un ancla,
y se quedaron mudas y quietas
sin poder salir de mi garganta.
Lo siento, nuevamente fui cobarde.
Pero dime, ¿quién no teme al rechazo?
Si los ojos brillan
y te vuelven la cara
¿lo soportarías tú, acaso?
Intento explicarme y no sé si entiendas,
no es fácil, y tú pareces no notarlo
pero decir las cosas, cuesta...
Quise evitarlo, y fui cobarde.
Pero ¿cómo no entiendes que si te miro desfallezco,
si te tengo cerca tiemblo?
Y si sonrio es porque el alma se desborda
y si mi boca te besa...
pero sólo en mis pensamientos.
No me atrevo... no puedo...
Sólo... lo siento.
martes, julio 31, 2007
viernes, julio 20, 2007
De violeta a negro
A través de la ventana mi mirada se pierde,
mis ojos saltan de una cumbre a otra
pero mis pensamientos se concentran en la música
y en tu imagen que puedo dibujar de memoria sobre el cristal.
El violeta del horizonte me recuerda tu risa,
la cordillera tu mirada
el frío me hace extrañar tus abrazos
y lo húmedo de tus labios.
Pero suena el teléfono
despierto de mi sueño y nuevamente sé que no estás,
que te has ido,
que aunque te espere toda la vida no volverás.
Tomo mis cosas, apago el Pc, miro una vez más el horizonte
y el cielo ha pasado de violeta a teñirse de negro.
mis ojos saltan de una cumbre a otra
pero mis pensamientos se concentran en la música
y en tu imagen que puedo dibujar de memoria sobre el cristal.
El violeta del horizonte me recuerda tu risa,
la cordillera tu mirada
el frío me hace extrañar tus abrazos
y lo húmedo de tus labios.
Pero suena el teléfono
despierto de mi sueño y nuevamente sé que no estás,
que te has ido,
que aunque te espere toda la vida no volverás.
Tomo mis cosas, apago el Pc, miro una vez más el horizonte
y el cielo ha pasado de violeta a teñirse de negro.
jueves, julio 19, 2007
Mis ojos
Apareces.
Te temo, y cierro mis ojos.
Los párpados pesan y las pestañas se entrelazan,
lucho para ver el sol en el horizonte
y mantener la frente en alto,
pero te paras delante de mí,
y siento que la luz me molesta,
y la piel me quema,
pero no me quedan fuerzas.
No puedo correr, no puedo gritar, no puedo llorar...
por eso cierro mis ojos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)